¿QUÉ ME ENSEÑA LA PRÁCTICA DE YOGA?

Hace un tiempo tuve una conversación donde me hablaban de la importancia de los textos sagrados por sobre la práctica de asanas (en resumen: somos solo mente, el cuerpo no es lo importante).

No tengo una postura al respecto, de hecho, no considero saber taanto sobre textos sagrados como para opinar. Sin embargo, me hizo pensar en todo lo que me ha enseñado la práctica de asanas (“física”) a través de los años. Y realmente no me parece que sea poco.

Tampoco considero que la mente esté (necesariamente) más elevada que el cuerpo y el espíritu.

Como muchxs, comencé ashtanga yoga sin saber bien lo que era, y como una actividad más en mi agenda (2 veces por semana). En menos de un año me di cuenta que quería (sentía) tener una práctica diaria. Creo que en ese momento no entendía bien porqué, “me lo pedía el cuerpo, la mente”.

Hoy me doy cuenta que vengo teniendo mi propio ritual de amor propio cada mañana hace casi 10 años.

Mi Propio Ritual De Amor Propio (sí, con mayúsculas)

Suena fácil. Suena cursi. Suena zaraza.

No lo es.

Es un montón. Y a mí, me cambió la vida.

Es mi espacio para encontrarme con un montón de cosas internas que, de otra manera, no sé si las hubiese encontrado.

La perseverancia y la disciplina en el mat, que me acompañan en la vida, en mis negocios, en mis vínculos.

La curiosidad, la pasión, el que no me de igual. Vivir de acuerdo a mis ideales, defendiéndolos, y honrándolos.

La aceptación y la no-violencia; que me acompañan en la vida, en mi relación con la comida, con mi cuerpo, con la madre tierra.

El no saber como me voy a sentir ese día arriba del mat, si voy a poder agarrarme los talones en kapo o pasar la pata por atrás de la cabeza – pero ese pararme igual, con confianza y con fe, sabiendo que lo suceda sobre el mat va a ser lo mejor que puede suceder y que voy a estar bien, pueda o no pueda ese día.

Confiar en un método. Creer en una forma de vida. Sin certezas de nada, simplemente sintiendo cada día lo poderoso que es en mi cuerpo, en mi alma y en mi mente. Entendiendo que, si un día no me ayuda más, tengo todas las herramientas para buscar otras formas. Pero que hoy, y cada día, lo elijo porque me suma.

Confiar por escuchar, ver y conocer gente más experimentada, con otras experiencias, con otros cuerpos y otras vivencias.

Mi yo hace 10 años atrás NUNCA hubiese creído esto. Mi yo hace 10 años atrás seguía en una lucha constante con su cuerpo, con su profesión, con sus vínculos. Mi yo de hace 10 años competía, se comparaba, se enojaba, se peleaba – reflejando afuera lo que le pasaba adentro.

El crecimiento no se da sólo por cumplir años, el crecimiento se da cuando trabajamos para eso. Cuando buscamos sanar. Cuando buscamos mejorar. Cuando buscamos escucharnos honesta y genuinamente.

Cuando buscamos vivir según nuestros ideales. Cuando conocemos nuestros ideales, que no necesariamente son los mismos que los que la sociedad nos dice que deben ser.

Para sanar, para escucharnos, para observarnos, necesitamos DARNOS EL TIEMPO Y EL LUGAR.

Me agradezco haber empezado este camino, el camino que quiero seguir experimentando y conociendo toda la vida. Por eso aprendí a no apurarme. A no compararme. A ir a mi paso, a mi tiempo y en la medida que me hace bien. A veces con más intensidad. A veces con mas calma. A veces con parates por lesiones (como ahora, que comparto este texto, recuperándome de mi tercera cirugía de rodilla). Pero siempre con consciencia y escucha. Como me gusta ir por la vida misma.

Agradezco esta confianza en mi practica de asanas, en mi espacio de auto-observacion, en mi espacio de vulnerabilidad. Esta confianza en mi cuerpo, en mi instinto en mi intuición.

¿Por qué? Porque la practica me enseña a escucharme; a observarme, a aceptarme, a permitirme ir por mas o ir mas lento. Me enseña a honrarme, a darme tiempo y lugar, a priorizarme. Me enseña a amarme sin juzgarme.

Porque como es afuera es adentro y como es adentro es afuera. Si mi mundo adentro es cada día mas lindo y empático, el mundo que me rodea lo refleja, sin dudas.

No hay un día que no agradezca haber encontrado este tesoro, y por eso lo cuido y lo respeto y lo ritualizo y lo comparto.

Dani.

0 comentarios